Cada vez que entro en el valle de Pineta (Huesca), una agradable sensación se apodera de mi.
Cuando vamos descendiendo la rampa de la carretera que nos conduce al Canguro Truchero, las imágenes del embalse de Pineta y la profundidad del valle inundan la visión.
Es entonces, cuando al ir penetrando en él por su estrecha carretera, la sensación de que estas "en casa" llena tu espíritu.
Muchos años allí, muchas vivencias, muchos sentimientos, también esfuerzo, también dolor.
Es un verdadero lujo poder compartir todo esto con mi familia.
Os dejo este reportaje del pasado 27 de diciembre de 2013, tomado en la zona del Cornato.
sl2
isidro+
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